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Cecina de vaca sin ahumados ni adobos.
Cuando el tiempo pasaba muy despacio y nuestros antepasados pastoreaban las vacas monchinas que pastaban la brena, la jugosa hierba de nuestros montes, el ingenio y la necesidad parieron esta receta ancestral de conservación de la carne para consumir durante el duro invierno. Si se ha mantenido hasta nuestros días, es porque a la necesidad se unió el gusto por el buen comer y el aprecio a los manjares auténticos, por sencillos que sean.
Ojalá que cuando Ud. la pruebe pueda sentirse también tumbado en la hierba de nuestros montes carranzanos, observando el vuelo del águila real y oyendo las esquilas de las monchinas.
Proceso totalmente artesanal. Se seleccionan y desgrasan las piezas nobles de vacuno, y tras un largo proceso de maduración están listas para consumir.
Buscamos sólamente el inconfundible sabor de la carne de vacuno de la más alta calidad, sin ahumado ni adobos. Se consume en finas lonchas recién cortadas y se puede acompañar con unas gotas de aceite de oliva virgen.
Ingredientes: Carne de vaca, sal, especias, azúcares, conservadores (E-250 y E-252) y antioxidante (E-301).
Ausencia de alérgernos.