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El Château Pape Clément Blanc es uno de los blancos de Burdeos que más enamoran a todo quien lo prueba. Si el tinto de Pape Clément es un vino constante, una apuesta siempre segura, el blanco, una delicia. Después de un suave prensado, el mosto de las mejores uvas de sémillon y sauvignon blanc (principalmente) pasa, por gravedad, a barricas de roble francés en las que fermentará y se realizará el trabajo de batonnage. La posterior crianza se desarrolla, casi en su totalidad, en roble, aunque un pequeño porcentaje del vino se cría en huevos de cemento. Es un blanco de intenso color dorado con briznas verdosas, muestra nariz tímida en primera instancia que pronto se torna expresiva y se exhibe vestida de recuerdos cítricos, de manzana y de madreselva. La madera se percibe desde la discreción, con sutiles tonos avainillados y tostados. Algunas especias frías avanzan una boca plena y redonda, de taninos redondos e intensa mineralidad que se mantiene tersa gracias a la acidez de la lima. Final salino. Envejece entre 12 y 14 meses en barricas de roble francés.