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Carmen es, en palabras del mismo Benjamín Romeo, un vino hecho con el corazón, dedicado a su madre. Con él vuelve a lo clásico también, elaborando un vino diferente al resto de vinos de la bodega, un vino entrañable que combina modernidad y tradición. Para su elaboración utiliza las uvas de las parcelas La Canoca, Ariaisabel, El Sacramento y Pangua, situados en los municipios de San Vicente de la Sonsierra y Briones. Para la crianza, barricas de dos y tres vinos, todas ellas de roble francés, en las que el vino se criará durante 24 meses (posteriormente reposará durante un mínimo de 36 meses en botella). Carmen es un vino femenino, como no podía ser de otro modo, clásico pero con el toque personal de Benjamín, inevitable también. Fino y elegante en nariz, con toques de frutas maduras mezclados con notas de maderas y fruta en compota. Y fresco, sabroso, largo y consistente en boca. Un vino Gran Reserva, con larga vida. Envejecido durante 24 meses en barricas seminuevas de roble francés.