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Brutal es un proyecto ideado por dos auténticos pioneros de los vinos naturales: Joan Ramón Escoda y Laureano Serres. Una misma etiqueta luce en el anverso de los vinos de cerca de una veintena de bodegas repartidas entre España, Francia e Italia. El único requisito que deben cumplir los vinos Brutal es el de su total naturalidad, es decir, que sean únicamente zumo de uva fermentado y embotellado, sin aditivo ni corrección alguna. Las producciones son siempre inferiores a 300 botellas y varían en cada bodega y en cada añada. Sin embargo, todas tienen un claro hilo conductor: el amor de sus elaboradores por la tierra y el respeto máximo por la esencia del vino. Tal y como nos explicó el propio Jordi Llorens entre risas, su Brutal estuvo a punto de no pasar el corte, pues al entender de Joan Ramón y Laureano, era un vino demasiado perfecto. Ante tales elogios nos parece imprescindible hacernos con una botella de este vino, pero para asegurarnos de que compramos un Brutal de Jordi Llorens, deberemos comprobar la contraetiqueta, el único punto en el que divergen formalmente todos los vinos de la experiencia Brutal.