Origen: Vega de Aranjuez, San Martín de la vega y Ciempozuelos.
Los nabos pertenecen a la familia de las coles, berros y brócoli. Suelen ser de carne blanca o amarillenta, su sabor suele ser azucarado y a veces con un toque picante. Suelen ser redondeados, aplanados o cilíndricos. Del nabo se aprovecha todo, su raíz y sus hojas. Existen muchas variedades de nabo; y gracias a todas esas variedades se pueden encontrar en cualquier época del año. Actualmente se consume poco y sobre todo se cultiva para los animales. Propiedades y beneficios: Los nabos poseen gran cantidad de agua, mucha fibra y pocos hidratos de carbono. Tiene gran cantidad de vitamina C y folatos. El nabo tiene propiedades digestivas. Al tener antioxidantes se convierte en un alimento esencial para cuidar nuestros huesos y regenerar el colágeno. Nos ayuda con las digestiones cuando hemos consumido fritos o alimentos grasos. Las hojas del nabo son más nutritivas que el propio nabo. Es muy recomendable en las embarazadas por su alto contenido en folatos. Al tener fibra regula la función intestinal, mejorando así el estreñimiento. Gracias a su alto contenido en potasio y bajo en socio, lo convierten en un alimento diurético favoreciendo así la eliminación de líquidos. Son buenos en los casos de hiperuricemia, hipertensión y gota. Valor nutricional por cada 100gr: Energía 24,7kcal Agua 90,5 ml Proteínas : 5g Fibra : 2,8g Hidratos de carbono : 0,8g Potasio: 240mg Fósforo : 34mg Vitamina C : 23 mg Conservación y trucos: La mejor manera de conservar los nabos es en el frigorífico en bolsas perforadas, así aguantarán de 1 a 3 semanas. Receta y usos en la cocina: Los nabos se pueden consumir crudos, asados, cocidos o guisados. Puedes hacer unas exquisitas cremas con puerros y nabos o simplemente patata y nabos. También puedes asarlos e incorporarlos a cualquier ensalada. Su uso más extendido es para la elaboración de caldos y sopas.