Tienda temporalmente cerrada
Añada
2017
Denominación de Origen
D.O.C La Rioja
Tipo
Tinto
Boca: ligero, sutil y delicado, sabroso, muy aromático, amable en el paso, vivaz, excelente equilibrio y armonía de sensaciones. Final largo y sugerente.
Nariz: intensidad y franqueza, notas de hierbas aromáticas e infusión, florales, balsámicos mentolados, minerales. Elegante y complejo.
Marca: Palacios Remondo
Graduación: 13.5%
Parker: 96 Parker
Servicio: 16ºC
Uva: Garnacha Negra
Volumen: 75 cl
“Valmira es uno de esos viñedos donde el capricho de la naturaleza se une a las tradiciones vitícolas ancestrales de la región. Una viña del viejo mundo tocada por un don divino, cuya extraordinaria virtud tratamos de buscar explicación. En los altos del Monte de Yerga, dentro del municipio de Alfaro, un viñedo entre encinas mira a sus pies la ancha estepa del valle del Ebro. Quiñón de Valmira, belleza elevada y frágil. Hasta este podio cálcico a 615 metros de altitud llegaron en el siglo XI un grupo de monjes. Sus pasos acabaron algo más arriba, en la cima de Yerga, donde fundaron el primer asentamiento del Císter en la Península. La espiritualidad del lugar, batida por siglos de cierzo y sol mediterráneo, deja una tenue presencia: el nervio silente de la garnacha, el encanto de la soledad. Mística es, también, la afinidad de las cepas con este entorno. Una larga y casi olvidada historia de adaptación y naturaleza, que desemboca hoy en un estimulante resurgimiento. Con Valmira devolvemos a nuestra propia tierra la fe y la gratitud. Orientada al sudeste, Valmira se asienta sobre terrenos de la Era Cuaternaria. Sus suelos de sólo 20 centímetros de espesor están formados por sedimentación carbonatada de coluvios calcáreos y arcillo-ferrosos. Justo debajo encontramos un horizonte cálcico-petrocálcico muy profundo, pobre y muy frío, de característica tonalidad blanca. En la frescura de la montaña, notamos en ocasiones un aire oceánico, un soplo norteño húmedo y lleno de fragancias. Los análisis edafológicos y microclimáticos definen un viñedo de una madurez de vértigo, muy lenta y tardía. La austeridad extrema de la geología produce escasos y pequeños racimos, que ofrecen un vino suave y de mil detalles. Un caudal fluido lleno de vitalidad, placer y misterios indescriptibles. Un antojo de la naturaleza, una coincidencia muy afortunada que concluye con este elixir lleno de vida”.