Tan importante como la calidad del producto, es la calidad humana de las personas que lo producen, con quienes construimos relaciones solidas basadas en el amor por lo que hacemos.
Primando la satisfación de hacer las cosas bien sobre la rentabilidad a corto plazo.
Los lugares, el entorno que rodea un producto , condiciona en gran medida su calidad. La naturaleza nos proporciona excelentes materias primas que se transforman en tesoros gastronómicos utilizando técnicas aprendidas con los años y transmitidas de padres a hijos.
Considero fundamental conocer de donde proceden los productos, su entorno geográfico y cultural para disfrutarlos completamente.
Pasión por productos, personas y lugares
Desde muy joven he tenido la inquietud de conocer y apreciar los distintos ingredientes y productos que forman parte de la cultura gastronómica de distintas regiones del mundo.
Mi actividad profesional como especialista en azafrán y especias me ha permitido viajar por más de 40 países y conocer de primera mano a pequeños productores de los más increíbles tesoros gastronómicos.
He decidido comenzar una nueva Aventura empresarial desarrollando, en cooperación con pequeños productores artesanales, una familia de productos de alimentación que he querido comercializar bajo la marca De la Cueva. ¿Puedo ofrecer mayor garantía sobre la calidad de un producto que poniéndole el nombre de mi familia?
Todos estos productos recogen los valores en los que creo: Calidad, autenticidad y pasión.
Espero que los disfrutéis tanto como lo hago yo.