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La colección 'Fincas' de Castillo de Perelada supone una oda al terroir, una verdadera exaltación del territorio y la uva. El objetivo de los vinos que la conforman es mostrar al consumidor cómo de importante es el paisaje que rodea a los viñedos y cómo de distintos resultan unos vinos de otros dependiendo del carácter de los suelos. El Finca La Garriga blanco procede de la finca que le da nombre, un terreno llano de 41 hectáreas de composición franco-arenosa con gravas recubiertas de cepas de más de 50 años, las más antiguas de la firma ampurdanesa. Las plantas, podadas muy cortas, ofrecen una uva de la mejor calidad que exhibe claramente una personalidad distintiva. Tras su color dorado emergen aromas de fruta blanca escarchada, flores blancas, heno y la fina salinidad de un mar no demasiado alejado. Sus siete meses de estancia en barricas de acacia hacen aflorar finos recuerdos de ebanistería, pero siempre desde la discreción. Tras una recomendable aireación asoman los aromas más golosos, como el anís, el jengibre confitado o la miel. En boca es graso y fresco por igual, con carácter, pero sin estridencias. El volumen de la uva chardonnay abraza la verticalidad de la autóctona cariñena blanca dibujando un perfil elegante y muy equilibrado. El removido periódico de las lías le aporta un extra de untuosidad que permite al vino deslizarse pausadamente hasta su refrescante final cítrico y herbáceo. El Finca La Garriga Blanco demuestra con claridad que en el Empordà pueden elaborarse también extraordinarios vinos blancos. Para la crianza sólo se emplean barricas nuevas, con alto aporte tánico.
Nombre del viñedo: Finca La Garriga.
Superficie del viñedo: 41 hectáreas.
Suelo del viñedo: Limoso.