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Tullibardine 1994 Single Malt es un whisky escocés excepcional de las Highlands, elaborado con la maestría característica de la destilería Tullibardine.
Tullibardine 1994 Single Malt es un whisky escocés excepcional de las Highlands, elaborado con la maestría característica de la destilería Tullibardine. Destaca por su equilibrio entre potencia y elegancia, resultado de una larga maduración en barricas de roble cuidadosamente seleccionadas que realzan su carácter complejo y refinado.
Este single malt refleja la pureza del agua de las colinas de Ochil y la tradición artesanal escocesa, ofreciendo una experiencia sensorial profunda y auténtica. Su perfil combina notas frutales, especiadas y amaderadas con una textura sedosa y un final persistente, convirtiéndolo en una joya para los coleccionistas y amantes del whisky de larga crianza.
A la vista presenta un color ámbar intenso con reflejos cobrizos.
En nariz se aprecian aromas de miel, frutos secos, naranja confitada y vainilla, junto a matices de roble tostado, cuero y ligeros toques de tabaco.
En boca es amplio, aterciopelado y estructurado, con sabores de caramelo, pasas, nuez y especias dulces, equilibrados por una sutil nota de cacao y madera fina.
El final es largo, cálido y elegante, con recuerdos de frutas maduras y roble especiado. Un whisky de gran personalidad y profundidad, que encarna la esencia clásica y sofisticada de los single malts de Tullibardine.
Tullibardine 1994 Single Malt es un whisky escocés excepcional de las Highlands, elaborado con la maestría característica de la destilería Tullibardine.
Tullibardine 1994 Single Malt es un whisky escocés excepcional de las Highlands, elaborado con la maestría característica de la destilería Tullibardine. Destaca por su equilibrio entre potencia y elegancia, resultado de una larga maduración en barricas de roble cuidadosamente seleccionadas que realzan su carácter complejo y refinado.
Este single malt refleja la pureza del agua de las colinas de Ochil y la tradición artesanal escocesa, ofreciendo una experiencia sensorial profunda y auténtica. Su perfil combina notas frutales, especiadas y amaderadas con una textura sedosa y un final persistente, convirtiéndolo en una joya para los coleccionistas y amantes del whisky de larga crianza.
A la vista presenta un color ámbar intenso con reflejos cobrizos.
En nariz se aprecian aromas de miel, frutos secos, naranja confitada y vainilla, junto a matices de roble tostado, cuero y ligeros toques de tabaco.
En boca es amplio, aterciopelado y estructurado, con sabores de caramelo, pasas, nuez y especias dulces, equilibrados por una sutil nota de cacao y madera fina.
El final es largo, cálido y elegante, con recuerdos de frutas maduras y roble especiado. Un whisky de gran personalidad y profundidad, que encarna la esencia clásica y sofisticada de los single malts de Tullibardine.