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Arnaud Baillot Hautes Côtes de Beaune es un vino tinto clásico de la Borgoña elaborado íntegramente con uva Pinot Noir. Procede de viñedos situados en la zona de Pommard, un terroir reconocido por producir vinos elegantes y expresivos. Arnaud Baillot es uno de los jóvenes elaboradores más prometedores de la región, conocido por su enfoque artesanal y respetuoso con la uva, que permite captar toda la frescura y pureza de este varietal emblemático.
La vendimia se realiza de forma manual, seleccionando cuidadosamente los racimos en su punto óptimo de maduración. La fermentación se lleva a cabo en depósitos de acero inoxidable para preservar la expresión frutal y varietal. Posteriormente, el vino envejece durante 12 meses en barricas de roble francés, con un 20% de roble nuevo, lo que aporta estructura y complejidad sin enmascarar la fruta.
De color rubí brillante, este vino despliega en nariz intensos aromas de fruta roja fresca como la cereza y la frambuesa, acompañados de delicados toques especiados y florales. En boca es elegante y equilibrado, con taninos pulidos, buena acidez y un fondo balsámico que aporta profundidad. El final es largo, refinado y muy placentero.
Ideal para acompañar platos de ave asada, carnes blancas, pastas con setas, tablas de embutidos y quesos suaves.
Arnaud Baillot Hautes Côtes de Beaune es un vino tinto clásico de la Borgoña elaborado íntegramente con uva Pinot Noir. Procede de viñedos situados en la zona de Pommard, un terroir reconocido por producir vinos elegantes y expresivos. Arnaud Baillot es uno de los jóvenes elaboradores más prometedores de la región, conocido por su enfoque artesanal y respetuoso con la uva, que permite captar toda la frescura y pureza de este varietal emblemático.
La vendimia se realiza de forma manual, seleccionando cuidadosamente los racimos en su punto óptimo de maduración. La fermentación se lleva a cabo en depósitos de acero inoxidable para preservar la expresión frutal y varietal. Posteriormente, el vino envejece durante 12 meses en barricas de roble francés, con un 20% de roble nuevo, lo que aporta estructura y complejidad sin enmascarar la fruta.
De color rubí brillante, este vino despliega en nariz intensos aromas de fruta roja fresca como la cereza y la frambuesa, acompañados de delicados toques especiados y florales. En boca es elegante y equilibrado, con taninos pulidos, buena acidez y un fondo balsámico que aporta profundidad. El final es largo, refinado y muy placentero.
Ideal para acompañar platos de ave asada, carnes blancas, pastas con setas, tablas de embutidos y quesos suaves.
