En nuestra bodega del Toro, envejecía nuestro amontillado “Soberana” que se completó con otro viejísimo, el amontillado “Hindenburg”, de las soleras del Conde de Aldana. D. Antonio Barbadillo Ambrossy cambió diez botas de manzanilla por cada una de este vino añejo. ¡tanta vejez y aún mantiene su finura!De complejidad equilibrada, punzante, seco y elegante. Amplio y muy seco en boca, se recrea en nosotros el recuerdo salino de su lejana crianza biológica como manzanilla, y nos seducen los finos toques a maderas nobles de su porte singular.Para meditar.