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En la bodega familiar que los Cantalapiedra poseen en La Seca, en plena DO Rueda, se suman los conocimientos de varias generaciones. El abuelo Heliodoro plantó su primera cepa con tan sólo 15 años y transmitió todos sus conocimientos a los miembros de su familia hasta llegar a Isaac, su hijo y, después, a Manuel, su nieto. Isaac y Manuel crearon la actual bodega a finales de 2014 y extendieron sus dominios por 21 hectáreas de viñedo cubiertas de cantos rodados. El suelo, el terruño, fue desde el primer día el epicentro de este pequeño proyecto familiar; el cuidado del medio ambiente y las prácticas ecológicas y biodinámicas, pilares innegociables. Paralelamente, Manuel emprendió un proyecto en solitario con la elaboración de dos nuevos vinos naturales, el Mondo y el Lirondo, dos vinos sin interferencias, fiel reflejo de la tierra y el tiempo. El Lirondo es un verdejo atípico, de color oro intenso y cierta turbidez que habla de respeto a la esencia del vino. Su aroma es orgánico, de levadura y paja, con las sensaciones preconcebidas del varietal algo lejanas. Su acidez fantástica resalta una fina mineralidad y un elegantísimo fluir por el paladar, adornado de frescas y balsámicas notas de bosque, pequeñas flores amarillas y delicados tonos anisados. Con algo de tiempo en copa afloran los esperados tonos herbáceos, pero siempre desde una perspectiva amable. La fruta es algo más discreta, muy lejos de los excesos que acumulan algunos blancos de la zona; más próxima a los cítricos o a los melocotones que a las estridencias tropicales. Un fondo frío, pétreo, acompaña al vino durante un paso redondo, de tacto delicado sobre un fondo de heno y recuerdos de obrador de panadería. El Lirondo es un verdejo que dibuja un nuevo horizonte para el varietal, en el que la fruta da la mano a la acidez y a los necesarios tonos amargos de la uva castellana.
Suelo del viñedo: Limoso.
Antigüedad del viñedo: 1991.