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Sin gluten
Vegano
En la montañosa región de Alta Verapaz, Guatemala, los agricultores indígenas Q’eqchi cultivan este maravilloso cacao alentados por su inseparable relación con la madre tierra. Su herencia se remonta a miles de años atrás, hasta el posible origen del chocolate en la antigua civilización maya.
De la unión de estos dos elementos, una cultura milenaria y la constante evolución de sus prácticas agrícolas, nace uno de los mejores cacaos con los que nos hemos encontrado hasta el momento. Lleno de sabores vibrantes y afrutados. Un golpe inicial de limón y fresa que te dejará salivando para dar paso a un final con sutiles notas a café.