Dominio De Pingus 2018

de Campoluz Enoteca

{{getOldPrice()}}{{getPrice()}}

Pingus nace en 1995 y, desde prácticamente esa cosecha, se convierte en vino de culto. Tinto Fino 100%, de 65-70 años, de tres pagos diferentes: San Cristóbal, Baroso y Santa Cruz.

Campoluz Enoteca
Pedido mínimo: 10,00 € Envío en: 3 - 10 días laborables

Más información

Dominio de Pingus es una bodega muy pequeña ubicada en Quintanilla de Onésimo en la provincia de Valladolid con viñedos en la zona de La Horra de la Ribera del Duero. Allí se elaboran los vinos más buscados de España y posiblemente del mundo entero. Su pequeña producción lo convierten en uno de los vinos más escasos y exclusivos de España.

Peter Sisseck es Pingus, un ingeniero agrónomo y enólogo nacido en 1962 en Copenhague, que lleva afincado en España desde 1990, logrando desde entonces que sus vinos sean de los más valorados del mundo entero.

La bodega Dominio de Pingus es una bodega artesanal, con unas pocas hileras de barricas nuevas, una rudimentaria prensa, algunas tinas de madera y depósitos de acero. Pero la elaboración artesanal y la baja producción, permiten que puedan esmerarse en la gran calidad del producto final.

Actualmente, además de Pingus, esta bodega produce dos vinos más asequibles, Flor de Pingus y PSI.

Pingus:

Pingus nace en 1995 y, desde prácticamente esa cosecha, se convierte en vino de culto. Tinto Fino 100%, de 65-70 años, de tres pagos diferentes: San Cristóbal, Baroso y Santa Cruz. Peter Sisseck lo elabora bajo los preceptos biodinámicos y con un nivel de autoexigencia altísimo que solo puede encaminar a la excelencia. El color es profundo y los aromas balsámicos y florales, intensos pero elegantes. Taninos pulidos, buena acidez y una estructura equilibrada hace que sea un vino sin ninguna arista, que va directo a la lista de los vinos más codiciados.

Nota De Cata:

El color de Pingus es grana profundo, adornado de un ribete azulado. Su fruta es especial, tremendamente intensa pero también delicadamente elegante y fresca. Los aromas de la crianza la visten de gala y preparan el vino para deleitar con cada sorbo. La nariz es armoniosa y accesible, balsámica y floral. En boca es amplio y jugoso, de taninos dulces y pulidos, buena acidez y una estructura fundamentada en el equilibrio; de textura casi perfecta, pura fruta líquida según el mismo Peter Sisseck. Un vino reconfortante, de final potente e increíblemente prolongado, que alimenta su leyenda a cada gota.

Otros productos de Campoluz Enoteca

{{product.Name}}