“Las frambuesas contienen un porcentaje moderado de hidratos de carbono, mientras que su contenido en proteínas y lípidos, al igual que su valor energético, es bastante escaso. Dentro de las frutas, la frambuesa destaca por su alto contenido en fibra”, señala la Fundación Española de la Nutrición (FEN).
Pero el punto fuerte de las frambuesas es su contenido en vitamina C, esencial para la reparación y el crecimiento de todos los tejidos del cuerpo, para la absorción del hierro o para la formación de colágeno, huesos y dientes. Su riqueza en esta vitamina es menor que el de la fresa, el kiwi o los cítricos, pero superior al del resto de frutas. “Una cucharada sopera de frambuesas aporta casi el 7% de las ingestas diarias recomendadas para esta vitamina”, recuerda la FEN.
Diversos estudios han comprobado que la frambuesa puede impedir el cáncer de mama, de próstata y el colorrectal. Sus fitonutrientes disminuyen el estrés oxidativo y la inflamación que altera el desarrollo de células cancerígenas.
Prevención de enfermedades
Su papel es fundamental en la prevención de enfermedades como la pérdida de visión, las cataratas o el glaucoma.
Hipertensión
Un poder que utiliza también para disminuir el nivel de hipertensión, favorecer la resistencia capilar o evitar problemas de excesivo sangrado.
Embarazos
Su contenido en ácido fólico aporta múltiples beneficios a las embarazadas, al impedir defectos en el feto durante la formación.
Diabetes
La piel de la frambuesa ayuda a controlar los efectos de la diabetes. La fibra que incluye en su composición mantiene estable el azúcar en la sangre.
Retención de líquidos
Su consumo es ideal para tratar la cistitis y la retención de líquidos. Un resultado que beneficia también a la pérdida de peso.
Anti tabaco
Las personas que fumen, practiquen mucho deporte o estén sometidas a un gran estrés tendrán en la vitamina C de la frambuesa su mejor aliado.
Alergias
Un nutriente que también mejora los síntomas de alergias o el cicatrizado de las heridas.