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Nuestra fábrica en Jaraíz de la Vera destaca por su sistema de molienda neumático único, que evita la oxidación y asegura la conservación del producto en su envase original.
Esto nos ha valido el premio Extrema Selección por la Junta de Extremadura en 2010 al mejor pimentón de la Vera DOP.
Nuestro objetivo es ofrecer a nuestros clientes un producto de máxima calidad con un sabor, color y aroma inconfundibles.
Capsaicina, el picante más saludable. Esta sustancia que presentan las guindillas y el resto de pimientos y el pimentón y las escamas de sabor picante no solo añade un poco (o mucho) de alegría a la comida, sino que puede tener efectos muy beneficiosos sobre nuestro organismo. La capsaicina propicia una respuesta de nuestro cuerpo llamada sudoración facial gustativa que provoca transpiración en la cara, que al evaporarse ‘roba’ calor a nuestro cuerpo, enfriándolo. Así que, aunque tengamos la sensación de estar ardiendo, las guindillas nos enfrían.
El atractivo más conocido de la capsaicina es ser un analgésico (se vende en farmacias en forma de parches tópicos). Otra aparente contradicción. Este efecto se debe a la interacción que tiene este químico con los receptores del dolor TRPV1, que evita que manden señales al cerebro. Curiosamente, esta característica era conocida por los nativos americanos, que se restregaban el fruto por las encías para aliviar el dolor de dientes. Hoy en día se están estudiando sus propiedades analgésicas para ayudar a pacientes de cáncer a los que sus tratamientos (radiación o quimioterapia) les hayan producido mucositis, una enfermedad que se caracteriza por llagas y heridas en la boca. Y sus efectos analgésicos no son exclusivos del ser humano: en las Olimpiadas de Londres de 2008, cuatro caballos (y sus jinetes) de la categoría de salto ecuestre fueron descalificados por dar positivo en dopaje con capsaicina, que usaban para que los animales no sintiesen molestias al saltar.
Capsaicina, el picante más saludable. Esta sustancia que presentan las guindillas y el resto de pimientos y el pimentón y las escamas de sabor picante no solo añade un poco (o mucho) de alegría a la comida, sino que puede tener efectos muy beneficiosos sobre nuestro organismo. La capsaicina propicia una respuesta de nuestro cuerpo llamada sudoración facial gustativa que provoca transpiración en la cara, que al evaporarse ‘roba’ calor a nuestro cuerpo, enfriándolo. Así que, aunque tengamos la sensación de estar ardiendo, las guindillas nos enfrían.
El atractivo más conocido de la capsaicina es ser un analgésico (se vende en farmacias en forma de parches tópicos). Otra aparente contradicción. Este efecto se debe a la interacción que tiene este químico con los receptores del dolor TRPV1, que evita que manden señales al cerebro. Curiosamente, esta característica era conocida por los nativos americanos, que se restregaban el fruto por las encías para aliviar el dolor de dientes. Hoy en día se están estudiando sus propiedades analgésicas para ayudar a pacientes de cáncer a los que sus tratamientos (radiación o quimioterapia) les hayan producido mucositis, una enfermedad que se caracteriza por llagas y heridas en la boca. Y sus efectos analgésicos no son exclusivos del ser humano: en las Olimpiadas de Londres de 2008, cuatro caballos (y sus jinetes) de la categoría de salto ecuestre fueron descalificados por dar positivo en dopaje con capsaicina, que usaban para que los animales no sintiesen molestias al saltar.