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Jules Desjourneys Fleurie Chapelle des Bois es un vino tinto de gran finura, elaborado en una de las zonas más prestigiosas del Cru Fleurie.
Procedente de viñedos trabajados con un enfoque artesanal y máximo respeto por el terroir, ofrece una expresión pura y precisa de la variedad Gamay. Destaca por su equilibrio, su carácter floral y su elegancia natural, con una frescura vibrante y una profundidad que refleja la meticulosa filosofía del dominio. Su estilo refinado y lleno de matices lo convierte en una referencia ideal para quienes buscan un vino de Beaujolais con identidad propia, sofisticado y de gran complejidad aromática. Perfecto para acompañar aves, cocina francesa tradicional, verduras asadas o platos de inspiración mediterránea.
A la vista presenta un color rojo cereza brillante con reflejos violáceos.
En nariz muestra aromas intensos de flores silvestres, frutas rojas frescas, sutiles matices minerales y un delicado toque especiado.
En boca es fresco, armonioso y elegante, con taninos finos, una textura sedosa, una fruta muy definida y un final largo y equilibrado que resalta su carácter floral y la pureza del Gamay.
Jules Desjourneys Fleurie Chapelle des Bois es un vino tinto de gran finura, elaborado en una de las zonas más prestigiosas del Cru Fleurie.
Procedente de viñedos trabajados con un enfoque artesanal y máximo respeto por el terroir, ofrece una expresión pura y precisa de la variedad Gamay. Destaca por su equilibrio, su carácter floral y su elegancia natural, con una frescura vibrante y una profundidad que refleja la meticulosa filosofía del dominio. Su estilo refinado y lleno de matices lo convierte en una referencia ideal para quienes buscan un vino de Beaujolais con identidad propia, sofisticado y de gran complejidad aromática. Perfecto para acompañar aves, cocina francesa tradicional, verduras asadas o platos de inspiración mediterránea.
A la vista presenta un color rojo cereza brillante con reflejos violáceos.
En nariz muestra aromas intensos de flores silvestres, frutas rojas frescas, sutiles matices minerales y un delicado toque especiado.
En boca es fresco, armonioso y elegante, con taninos finos, una textura sedosa, una fruta muy definida y un final largo y equilibrado que resalta su carácter floral y la pureza del Gamay.