Origen: Soria.Los níscalos son una de las setas más populares de nuestro país y de las más agradecidas en la cocina. Es también conocido como robellón, rebollón, guíscano, guízcano. Y es de las más fáciles de identificar. Su color más habitual es anaranjado, aunque puede tener tonos verdes. El sombrero que tiene suele estar marcado por círculos. El pie es bastante corto y estrechito con manchas. La parte inferior del sombrero está formado por láminas y es lo que nos ayudará a identificarlas. Suelen crecer en pinares húmedos de toda España. La lluvia suele ayudar a su crecimiento, de ahí que tenga que crecer en suelos húmedos. Necesita de luz solar.
Propiedades y beneficios:
Como todas las setas, los níscalos son un alimento muy nutritivo y con muy pocas calorías. Son fuente de vitamina A, niacina y vitamina C y D, con menor presencia del grupo B. En cuanto a minerales contiene bastante potasio y fósforo y en menor cantidad, magnesio, selenio y calcio. Al contener potasio ayuda a depurar nuestro organismo favoreciendo la eliminación de líquidos. Al tener bastante agua, hace que sean muy buenos para nuestro tránsito intestinal. Son buenos para mantener una buena salud de nuestro sistema inmunológico, ya que nos ayudan con las defensas. Combaten el estreñimiento.
Valor nutricional por cada 100gr:
Calorías 23,80 kcal.
Grasa 0,80 g.
Colesterol 0 mg.
Sodio 3 mg.
Carbohidratos 0,20 g.
Fibra 4,70 g.
Azúcares 0,20 g.
Proteínas 1,60 g.
Conservación y trucos:
Los níscalos suele tener mucha tierra, así que aunque los compres envasados, hay que limpiarlos muy bien antes de consumir. Nunca los laves con agua directamente del grifo. Lo ideal es limpiarlos con un pincel o cepillo de dientes y terminar con un trapo húmedo. Y secarlos muy bien antes de empezar a cocinarlos. Una vez limpios puedes guardarlos en un tupper y consumirlos en 24 horas.
Receta y usos en la cocina:
Los níscalos ofrecen múltiples opciones en la cocina, ya sea a la plancha, al horno, en guisos son especialmente buenos, ya que absorben todo el sabor. Puedes hacer los níscalos guisados también; necesitarás pochar una cebolla y 3 ajos picados. Una vez estén pochados agrega los níscalos troceados, rehoga como unos 5 minutos aproximadamente. Echa un vaso de vino blanco, sube el fuego y espera hasta que el alcohol se evapore. Una vez evaporado añade medio vaso de agua o medio de caldo, un poco de sal y tomillo. Deja cocinar durante unos 12 minutos hasta que el caldo se haya reducido y el níscalo esté blando.