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Para éste aceite, se recolectan las aceitunas cuando éstas empiezan a enverar, lo cual suele ser a finales de octubre o primeros de noviembre. Se elabora en frío y en menos de doce horas desde la recolección de las aceitunas, lo que provoca unos rendimientos grasos muy bajos pero consiguiendo gran intensidad de aroma. Se obtiene de éste modo, un aceite de color verde amarillento, denso y con cuerpo.

Con un aroma limpio, que sorprende por su viveza y que recuerda a las frutas verdes y frescas. Se aprecian notas de tomate y tomatera, hierba, alcachofa, manzana, y en menor grado de plátano y frutas silvestres.

Su sabor es almendrado-amargo, ligeramente picante, resultando dulce y fluido al final.