¡Un vino excepcional!
El 2004 en el Château Margaux es una referencia en cuanto a añada.
La nariz de este vino es de una gran delicadeza y una pureza notable, donde los aromas florales, frutales y especiados se entrelazan sutilmente sin que ninguno prevalezca sobre los demás.
En boca, la estructura tánica es tensa, compacta, fina y suave, ofreciendo una sensación de equilibrio, precisión, pureza y frescura que son características indispensables de las grandes añadas. Además, desprende una gracia etérea que es típica de los grandes Margaux.