Color: Sus tonos van desde el rosado al burdeos. A temperatura ambiente, al presentar un alto índice de grasa intramuscular, adquiere un brillo incomparable.
Sabor: En la boca se confirman los aromas nasales, más intensos. El retrogusto es delicado y persistente.
Aroma: En la nariz, por carácter propio y personalidad, no necesita atender a ningún olor de referencia. Emana fragancias inconfundibles, símbolo de su magnífico proceso de curación.