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El gouda es un queso semiduro de forma cilíndrica con la superficie lateral convexa, formando una curva suave que une la superficie plana superior con la inferior. La relación altura-diámetro varía de 1/4 a 1/3 y el peso va de 2.5 a 30 kg.
También puede presentarse en forma de bloque prismático con caras cuadradas o rectangulares de un peso de 10 kg como mínimo, o, finalmente, como un bloque prismático de caras rectangulares en las que la longitud del lado más largo es más del doble que la del lado más corto y un peso entre 2.5 y 5 kg.
Salvo el segundo formato indicado, que puede presentarse sin corteza, el resto de los gouda llevan una corteza dura seca o revestida de cera o de una suspensión plástica o de una película de aceite vegetal y color amarillento.
La pasta es de textura firme, puede cortarse fácilmente. Tiene color paja. Presenta ojos en número variable, distribuidos regular o irregularmente en el interior del queso, de forma más o menos redonda y tamaño variable desde el de la cabeza de un alfiler al de un guisante.
Se recomienda que el queso gouda no se consuma hasta que no tenga por lo menos cinco semanas de maduración para que haya alcanzado todas sus características.
Es muy popular en varios países fuera de los Países Bajos, especialmente en Venezuela. En dicho país se le conoce con el nombre de queso Torondoy (producto del fenómeno de vulgarización de marca) o simplemente como queso amarillo (en contraposición a los quesos frescos típicos del país conocidos como queso blanco). Por su parte, en Chile se le conoce como queso gauda y en Argentina como queso gouda (pronunciado gudá).