Este tipo de corte son las partes óseas de la caja torácica del cerdo. Tiene carne y hueso y se cocina junto sin separar el hueso. Propiedades y beneficios: Las costillas de cerdo poseen proteínas básicas para mantener unos músculos fuertes y sanos. Son fuente de minerales como por ejemplo zinc y hierro, fundamentales para nuestro sistema inmunitario, además de proporcionarnos oxígeno a las células. Contienen vitaminas del grupo B, sobre todo B12 que te ayudará a mantener un sistema nervioso fuerte. Su aporte en vitamina D, ayuda a mantener unos huesos y dientes fuertes. Contiene niacina, que hace que se reduzcan los niveles de colesterol y triglicéridos. Su contenido en zinc refuerza nuestro sistema inmune. La vitamina B1 ayuda nos ayuda con la gestión del estrés. Valor nutricional por cada 100 gramos: Energía 296 kcal Grasa 22,63g Proteína 21,71g Colesterol 90mg Sodio 191mg Potasio 239mg Conservación y trucos: Siempre en la nevera y bien envuelto o envasado para evitar contaminaciones. Otra forma de conservarlo bien es haciendo un adobo. Pones un litro de agua con sal y añades 5 ajos machacados, 260 g de pimentón picante y de dulce otros 250 gr, hojas de orégano seco, pimienta negra y laurel. Hay que mezclarlo bien y si se necesita, añadir más agua. En una bandeja honda, se colocan las tiras de costilla y se cubre con el adobo que se ha preparado y dejar reposar 12 horas. Receta y usos en la cocina: La forma más tradicional de cocinar las tiras de costilla es a la brasa o al horno, pero también se pueden hacer guisos; Dora las costillas en una olla. Reserva y en la misma olla sofríe dos cebollas y dos ajos picados. Cuando estén pochados, añade tomate concentrado, pimentón y la carne de un pimiento choricero y cocina durante 3 minutos. Incorpora las patatas previamente troceadas en dados. Echa un litro de caldo de carne y cuece durante 45 minutos a fuego lento.