¿Ya conoces las estrategias de los supermercados para que compres más?

Los supermercados se han erigido hoy en día en uno de los templos del consumo más visitados en el ámbito urbano. Por necesidad y prestaciones. Su amplia variedad, tanto de productos como de precios, lo han hecho convertirse en un reclamo para todo tipo de personas, especialmente las que tienen un ritmo de vida que les impide invertir mucho tiempo en su cesta de la compra. Sin embargo, pocas veces los consumidores nos paramos a pensar en todo lo que hay detrás de la simple apariencia ordenada de estantes simétricos o de los largos y estrechos pasillos que caminamos escuchando una tranquila melodía. Bajo esos pequeños detalles se esconden precisamente las estrategias de los supermercados para conseguir un objetivo: vender.

¿Y… cuáles son esas estrategias de los supermercados?

«Entrar en el supermercado es entrar en un universo de mentiras. Casi nada es real. Todo está estudiado.»Así de contundente empieza Bruno Cardeñosa, conductor del veterano programa radiofónico de Ondacero «La Rosa de Los Vientos», una sección especial dedicada a los supermercados. En él, se van desgranando en diferentes apartados, las principales estrategias que los supermercados tradicionales utilizan para generar ventas.

Una de las principales fuentes a las que alude este podcast para reforzar sus argumentos es lo que Christophe Brusset, un ingeniero francés que ha trabajado como director de compras de grandes empresas agroalimentarias durante 20 años,  ha recopilado en su libro «¿Cómo puedes comer eso?«. No faltan todas esas malas prácticas que él mismo ha vivido en primera persona al ser muchas veces participante en las mismas.

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Los principales engaños de los supermercados actuales

• Los carritos de la compra: «Antiguamente eran más pequeños pero a alguien se le ocurrió que cuanto más grandes sean más se intenta llenarlos. También se hace alusión a los carritos para niños, un pretexto para generar más venta gracias a su presencia, que suele estar asociadas a  caprichos que entran rápidamente por el ojo . O a que no caben más de tres carritos por pasillo, para provocar pausas intencionadas mientras recorremos el supermercado.

• Verduras y frutas, al principio: En la gran mayoría de supermercados, las frutas y verduras están cerca de la entrada. Según explican en el podcast, es por la intención de dar una sensación de frescura nada más entrar. Sin embargo se pone en tela de juicio el cómo se ha cultivado dichos productos y la cantidad de elementos nocivos que pueden tener para con nuestra salud.

• El tipo de música: Tiene que ser lenta y melódica para que vayamos más tranquilos y compremos más. Simple y efectivo.

• Los suelos: No son uniformes, hay en algunos puntos del supermercado donde casualmente los carros se encallan. Casualmente coincide con puntos en los que están los productos más caros.

• El lugar de los productos básicos: Los alimentos de primera necesidad que necesitan la inmensa mayoría de compradores son precisamente los que están más a desmano, como es el caso del agua, la leche, el papel higiénico. La intención es que para llegar hasta ellos pasemos por otros pasillos, miremos más productos y compremos.

• La disposición y la altura: A la altura de los pies los más barato, los de más dificil acceso; a la altura de los ojos, en un acceso más cómodo, están los productos más caros.

• Origen de algunos productos. Además de recordar casos como la comercialización de carne de caballo, Bruño Cardeñosa detalla que hay una actual tendencia a consumir carne de buey gallega pero avisa de que «apenas hay buey en Galicia» tal y como refleja este artículo de La Voz de Galicia. También es curioso el caso del azafrán español, que

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Algunos casos reales

Otro de los puntos controvertidos de este podcast sobre los supermercados alude a casos reales que se detallan en el citado libro de Brusset. Tal y como se cuenta La Rosa de Los vientos, «en una ocasión, analizando una guindillas en polvo que vendía la empresa de Brusset, un laboratorio analizó la composición y detectó que un alto porcentaje de la tierra que componía ese producto eran pelos y heces. A pesar de ello el producto no se retiró. Lo que hicieron fue mezclar un 25% de ese producto con otro de mayor calidad para hacer un puré».

Otro caso que detallan tiene que ver con la fecha de caducidad de algunos de los productos. Brusset reconoce que se le ocurrió un truco para los productos envasados en cristal: imprimir la fecha de caducidad en la tapa en lugar de en el envase. Así, además de ser más económica de sustituir, podían hacer que algunos empleados temporales y discretos pusieran nuevas etiquetas de caducidad y así acabasen por rejuvenecer productos que habían cumplido el plazo de caducidad.

¿Alternativas al supermercado?

Las alternativas tradicionales a los supermercados han sido generalmente los comercios tradicionales de toda la vida, normalmente regentados por pequeños tenderos que están más cerca de las necesidades de los clientes que de una lógica empresarial, que puede ser más sibilina que transparente en muchos casos, como se ha visto reflejado en este podcast.

Con la llegada de nuevas tecnologías hay iniciativas como mentta, desde la que intentamos recuperar todo lo bueno de los productos de campo y que el cliente pueda tener acceso al origen de frutas, verduras, aceites, pescados o carnes. Por eso en nuestra app se puede comprar directamente a productores y tiendas especializadas, cuyo género está muchas veces recién recolectado, pescado o producido. Otra forma de compra que, además de ahorrar tiempo, es más directa al tratar directamente con la persona que está detrás de cada producto.