¿Por qué se comen uvas, pavo y roscón en Navidad?

El origen de comer uvas en Navidad, al igual que el de disfrutar de un buen pavo asado o de un roscón se retrotrae varios siglos atrás, siendo en muchas ocasiones materia de debate por no haber solamente una versión. ¡Te las contamos!

1º ¿Por qué comemos uvas en Navidad?

Detrás del origen de esta tradición típica española (en otros países no se hace) no hay ningún simbolismo religioso ni nada especialmente espiritual. Las dos versiones que actualmente aluden a este el tema dicen esto:

  • Por un lado, se tiene constancia de que en 1909 hubo un buen año de producción de uva y los agricultores de la zona de Levante decidieron buscar una solución para colocarla por lo que decidieron venderla como la «uva de la suerte».
  • Por otro lado, hay escritos que apuntan a que en los tiempos de José Abascal como alcalde de Madrid (allá por 1882), la clase menos pudiente comenzó a implantar la tradición de comerse las uvas en la Puerta del Sol, como una «mofa» a la forma que tenían los burgueses y aristócratas de celebrar tal fecha en sus banquetes, donde no faltaba el cava y la uva.

2º ¿Por qué es típico el pavo en estas fechas?

El pavo era uno de los animales habituales en la dieta de los aztecas cuando los conquistadores españoles llegaron allí. Cuando lo probaron,  no tardaron en traerlo del Nuevo Mundo a la metrópolis junto a otros productos como el cacao, el tomate o la patata.

Su exquisito sabor acabó por convertirlo en un plato recurrente de los banquetes de clase alta. Pero también, en ocasiones más puntuales como la Navidad, era un manjar reservado para las clase menos privilegiadas que lo eligían por su facilidad de engorde en comparación con otras aves.

3º El Roscón de Reyes y el tonto del haba

Para saber el origen hay que remontarse a las Saturnales de época romana (siglo II.a.C), una fiestas que tenían lugar a mediados de diciembre después de acabar los trabajos de campo. En ellas, los esclavos disfrutaban de unos cuantos días de asueto y estaban eximidos de trabajo. Entre los platos que preparaban estaba una torta de miel con legumbres, cuya popularidad perduró en el tiempo a pesar de dejar de celebrarse las Saturnales. Aquella torta fue modificándose con el paso del tiempo con detalles como el de introducir un haba en el interior.

Fueron los franceses especialmente los que siguieron con la tradición de este postre y los que en el XVIII introdujeron una moneda de oro en el interior (además del haba) como premio para uno de los comensales. A pesar de que en España ya era conocido el postre, fue en época de Felipe V cuando se acrecentó su fama aunque en vez de una moneda, era más común el meter una figurita de cerámica. A la persona que le tocaba la mencionada legumbre del roscón, se le llamaba el tonto del haba.

 

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