Tipos de té y sus beneficios en tu salud

El té es uno de los complementos a nuestra dieta que más nos puede ayudar a depurar el organismo. El té está de moda, cada vez se pide más en cafeterías y bares pero, no es ninguna novedad, pues sus propiedades son milenarias. Hoy te venimos a hablar sobre los diferentes tipos de té y de sus infinitos beneficios para tu salud.

¿Qué es el té y por qué es bueno para tu salud?

Antes de entrar en faena y explicarte los tipos de té que existen, déjanos que te hablemos un poco sobre el origen e historia de esta bebida tan especial.

El té es la infusión que resulta de hervir hojas y brotes de la planta con el mismo nombre, en agua. Esta planta pertenece a la familia de las camelias, un arbusto originario del sudeste asiático.

Su origen, como te hemos dicho es milenario, se remonta a muchísimos años atrás. Se trata de una de las bebidas más antiguas del mundo que surgió en Asia. No obstante, su origen concreto no está del todo definido. Unas fuentes apuntan a que fue en China gracias al emperador Shen-Nung, que de forma fortuita descubrió que el agua que hervía, a la que le habían caído unas hojas del árbol bajo el que estaba sentado, estaba deliciosa. Otras fuentes afirman que fue el Príncipe Bodhi-Dharma quién lo descubrió aunque hay dudas sobre si en India o Japón. Lo cierto, es que fuera cual fuese el origen, todas las leyendas coinciden en que de la «receta» del té se descubrió de forma casual.

Sin embargo, de lo que sí hay evidencias es de que en China se consumía té en los tiempos de antes de Cristo, y que su expansión parte de este país. Entre los años 589 y 222 a. C. el té empezó a extenderse por China como remedio medicinal, y pronto comenzó a hacerlo por otros territorios.

Hoy en día el té es la segunda bebida más consumida del mundo, por detrás del agua, pero por delante del café la cerveza o incluso la Coca-cola. Su sabor es fresco, aunque ligeramente amargo lo hacen muy especial, creando adeptos en todo el mundo.

Tipos de té que debes conocer

Todos los tés tienen su origen en el mismo árbol, la Camellia Sinensis. No obstante, aunque provengan de la misma «madre» hay diferencias entre las distintas variedades de té que existen y esto se debe a que cada té se procesa de una manera. Por ejemplo, los verdes y blancos no están sometidos a ninguna oxidación ni fermentación, mientras que los rojos sí se fermentan y los negros se oxidan. Veámoslo en profundidad.

Té verde

Como decimos, el té verde ni se oxida ni se fermenta. Se elabora con hojas que se dejan secar. En este proceso, las hojas adquieren un color verdoso que tiñe el agua y lo diferencia de otros tés. Es uno de los más famosos debido a sus conocidas propiedades, que están relacionadas con sus principios activos. 

El té verde contiene cafeína, teofilina y teobromina, que son sustancias que estimulan nuestro sistema nervioso. Por este motivo el té es conocido por ser un buen antioxidante, por reducir el colesterol malo y también el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular ya que mejora la circulación sanguínea. También destacan sus propiedades diuréticas, que contribuyen al buen funcionamiento del sistema digestivo. 

Dentro del té verde, encontramos muchas otras variedades y tipos como el conocido té matcha, el sencha o el gykuro, entre otros.

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Té rojo

Su color lo hace especial, pero no es la única característica que lo diferencia de los demás. Se trata de un té fermentado y oxidado. Sufre una fermentación microbiana que hace que sus propiedades sean casi milagrosas. Es muy utilizado en dietas, pues ayuda a eliminar las grasas acumuladas y, por tanto, a perder peso. Además tiene propiedades diuréticas. El té rojo elimina las toxinas presentes en nuestro organismo de manera natural y evita la retención de líquidos.

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Té blanco

El té blanco es uno de los grandes desconocidos entre los tipos de té. Al igual que el té verde, no está sometido a ninguna oxidación ni fermentación. Es muy fresco, con un sabor bastante delicado. Además, es el té con menos teína de todos, por lo que es perfecto para consumir a cualquier hora. 

Aunque sus propiedades no son tan conocidas como las de los anteriores, también las tiene. Es rico en antioxidantes, de hecho, es el té que más antioxidantes contiene, por lo que retrasa el envejecimiento. También previene de enfermedades cardiovasculares o de la proliferación de tumores por su alto contenido en polifenoles y ayuda al buen funcionamiento del sistema digestivo. 

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Té negro

Es un té 100% oxidado, por eso adquiere ese color que le da nombre. Durante su elaboración, las células de las hojas se rompen y provocan una reacción química con el oxígeno que se encuentra en el aire. Las hebras secas a las que da lugar este proceso hacen que diferenciemos fácilmente un té negro. 

Sus propiedades también son abundantes: reduce el colesterol, mejora el sistema inmune, el sistema cardiovascular, reduce los niveles de azúcar en sangre, también el estrés, mejora la concentración, la memoria y por su contenido en flúor, ayuda a evitar la formación de caries y otras enfermedades bucales. 

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Té azul

Es sin duda el gran desconocido. Se conoce como oolong y se produce en Asia. Es un té semi-oxidado, aunque su nombre no hace referencia exactamente a su color. En China se llama qing, que es el color de la naturaleza, y se traduce a nuestro idioma como azúl. Su sabor es fino y también aromático, aunque solo apto para paladares exquisitos. No es muy común encontrarlo en supermercados convencionales, no obstante en nuestra web, mentta, contamos con una tienda especializada en tés, Tedemecum, donde puedes comprar este té azul oolong y todos los anteriores. 

Entre sus propiedades, podemos destacar que ayuda a perder peso, cuida el hígado, es antioxidante, mejora la función respiratoria, baja los niveles de azúcar en sangre o reduce la presión arterial.

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