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Las patatas chips son una de los mayores adicciones del mundo moderno. Se obtienen de «patatas frescas», lavadas y peladas, cortadas y fritas en aceite o grasa comestible, y que se conservan en envases como bolsas de plástico. Dado su alto consumo en todo el mundo, siempre viene bien saber algún que otro truquito para sacarles el máximo provecho.
El origen de las patatas chips, según cuenta en este artículo el Ministerio Agricultura, Alimentación y Medioambiente, se remonta a 1853, cuando un cocinero indoamericano llamado George Crum tuvo que lidiar con las exigencias de un cliente que se quejaba una y otra vez que sus patatas no estaban cortadas lo suficientemente finas.
Tras devolverle el plato una y otra vez, Crum quiso hacer escarmentar al molesto cliente aunque lo que consiguió fue lo contrario. Cortó las rodajas muy finas y les dió una vuelta en aceite hirviendo hasta conseguir que se dorasen más de la cuenta. El resultado final fue un éxito.
¿Has probado las patatas fritas con trufa negra, con agua de mar o con caviar?
Sellar la bolsa
Lo primero es sacar todo el aire fuera de la bolsa. Después se doblan sendos esquinas hacia dentro y la parte superior hacia abajo (3 o 4 veces). Una vez lo hayamos hecho sujetamos las esquinas y le damos la vuelta a la bolsa como si fuese un par de calcetines. De esta manera conseguiremos que la bolsa quede sellada sin necesidad de utilizar ningún accesorio.
El apoyo perfecto
La idea es sencilla; hay que tratar de conseguir que la parte inferior de la bolsa se convierta en una superficie plana. Para ello, empujamos las esquinas de la bolsa y moldeamos la parte de abajo poco a poco hasta conseguir nuestro resultado. También tenemos que ir bajar la parte de arriba de la bolsa hasta que aparezcan las patatas.
Formato familiar
Los snacks son habitualmente algo que compartimos con los que est. Para conseguir el formato adecuado, cogemos unas tijeras y hacemos un rectángulo en la bolsa. Así, todos podrán disfrutar del contenido sin que se salga por los lados.