Abadía de Aribayos está formada por dos enólogos, Bernardo y Adela, con ganas de hacer elaboraciones nuevas y distintas , tanto en el apasionante mundo de las cervezas como en el mágico e inagotable campo de los vinos.
Bernardo, por su parte, se ha forjado en la bodega de su padre, el incansable Manolo Fariña, el cual puso la denominación de origen Toro en el mapa.
De aquellos lares les queda el gusto por la necesaria renovación: mitigar la poderosa impronta de la tinta de Toro madura mediante el ligero adelanto de la vendimia y un leve paso por roble de tan solo cinco meses, junto a una estricta selección de uvas procedentes de cepas con 50 años de antigüedad.
Consigue así un vino esbelto, pletórico de fruta silvestre, con matices florales, y el frescor balsámico de las hierbas de monte