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Peso neto: 385g
Las piparras de Ibarra DE LA CUEVA se caracterizan por su piel fina y su sabor suave, ya que apenas pican.
El secreto de la calidad de estas piparras radica en :
SELECCIÓN DE MATERIA PRIMA
Estas deliciosas guindillas se han cultivado en huertos cercanos a la población guipuzcoana de Ibarra donde la especial climatología de la zona, con veranos frescos y húmedos, favorece el desarrollo de una variedad de piparra autóctona que no ha desarrollado picor.
Las piparras se recolectan a mano a finales de agosto, cuando el tamaño de la guindilla alcanza entre 8 y 12 centímetros y mientras aún mantienen su color verde ya que si se dejara madurar la guindilla en exceso y tornara de color rojo se volvería picante.
ENVASADO ARTESANAL
Las piparras frescas se llevan diariamente a una pequeña cooperativa de la población de Ibarra donde se lavan y posteriormente se seleccionan a mano por tamaño eliminándose aquellas guindillas que tuvieran algún defecto.
Las guindillas se envasan posteriormente en tarros de cristal con un vinagre muy claro que permitirá la conservación de este producto y que adquiera un sabor ácido.
Las guindillas se dejarán macerando en vinagre al menos 30 días antes de poder ser comercializadas. En este periodo de tiempo la guindilla cambiará su color verde intenso inicial por un color amarillento y su piel se irá ablandando.
EL RESULTADO
Estás guindillas son ideales para tomar como aperitivo directamente del tarro con un poco de aceite y sal.
También son perfectas para elaborar las famosas “Gildas”, combinación de aceituna, piparra y anchoa.
En el País Vasco y Navarra se consumen también las piparras para acompañar platos de cuchara como las alubias aportando un contraste muy interesante.
INGREDIENTES: guindilla, Vinagre de vino, sal marina, ácido ascórbico y ácido cítrico.