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La tradicional cocina italiana es una de las mejor valoradas en el mundo por el sabor de sus platos y la calidad de sus productos. Su éxito es tal que en casi todos los lugares del mundo podemos encontrar un restaurante italiano. No obstante, para tomar una verdadera carbonara, unos buenos spaghettis al ragu o una lasagna con parmesano de calidad lo mejor es acudir a Italia y dejarse embaucar por los sabores más ricos. No obstante, mucha gente no tiene la oportunidad de viajar tanto como le gustaría y es por eso que no han probado una pasta italiana verdadera, o unas pizzas hechas «al forno di pietra». Pero esto no es un grave problema. En mentta contamos una tienda especializada en productos 100% italianos, en comida italiana a domicilio, para que puedas preparar tus platos y disfrutar del mejor sabor del «bel paese» desde tu cocina: La Bottegara.
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La mejor pasta del mundo
La pasta italiana está considerada la mejor del mundo. La pasta fresca se elabora con la máxima delicadeza para conseguir creaciones únicas. Por ejemplo, la pasta al huevo se elabora con una harina especial que se mezcla con huevo y, en ocasiones, con espinacas. Se amasa con cuidado hasta conseguir una masa con una textura lo suficientemente consistente como para cortarla en esas «extrañas» máquinas de hacer fideos a las no estamos acostumbrados.
Si conoces a gente que ha visitado Italia te habrán dicho que parece que los italianos solo comen pasta. Si así fuera, Italia sería uno de los países con más obesidad del mundo por lo que esta afirmación no se sostiene. Sin embargo, lo que si cocinan es una gran variedad de tipos de pasta que no se conocen en otros lugares. En España, no conocemos mucho más allá de los espaguetis o los macarrones. Pero la realidad es que existen los tortellini, rigatoni, penne, raviolis, gnocchi… Además cada tipo de pasta (rellena o no) se combina con diferentes ingredientes. Por ello nunca se aburren de ella. 
Por ejemplo, los rigatoni se suelen hacer «alla matriciana»y los gnochhi al pesto, salsas de las que hablaremos posteriormente. Cuando escuchamos hablar de «spaguetti al ragu» realmente estamos hablando de los típicos espaguetis boloñesa. Y es que, aunque pensamos que conocemos todo sobre la pasta italiana, nos sorprenderíamos al conocer todos los detalles y curiosidades.
Otro caso a destacar es el de la pasta carbonara. Para un italiano es un delito ver un plato de pasta carbonara en el que la pasta sea corta. Es decir, lo ideal para acompañar con esta salsa son unos tagliatelle o unos espaguetis, es decir, pasta alargada. Además, la salsa carbonara no se elabora con nata y cebolla, sino con huevo, queso parmesano y panceta.
La pizza al horno de piedra
Las pizzas en Italia tienen un sabor especial. Y parte de responsabilidad la tiene el horno de piedra donde se elaboran. Las masas quedan mucho más crujientes y finas. Además, para su elaboración, no siempre se utiliza tomate de base. De hecho para los italianos es muy extraño ver una pizza 4 fromaggi (4 quesos) con «base rossa», aquella que lleva tomate. En su defecto, no añaden nada, simplemente el queso, quedando una pizza de «base bianca».
Una variedad de pizza un tanto peculiar es la focaccia. Es una especie de bocata de pizza, pues se trata de pan cocido al horno al que se le añaden ingredientes. La base es una mezcla de agua, harina y aceite. Puede ser dulce o salada, pero el modo más típico de prepararla es añadiendo a la base tomates cherri, rúcula y mozzarella de búfala.
El tomate, y otras salsas
La salsa de tomate que preparan, no es como la que compramos en el supermercado. El tomate frito lleno de conservantes y grasa no tiene nada que envidiarle al «sugo di pomodoro fresco» (zumo de tomate fresco). Lo elaboran con tomates San Marzano, una variedad con mucha pulpa, un sabor dulzón y un color rojo intenso. Si no es posible encontrar estos tomates, se escogen aquellos más maduros o incluso tomates cherry.
Además de la salsa de tomate, hay otras muy famosas. El ragu, del que hemos hablado antes, es la conocida salsa bolognesa que se elabora con carne y tomate. La salsa caccio e pepe es una de las más típicas en el centro de la bota. En Roma se elabora con queso y pimienta, aunque también se puede añadir aceite. Deja un sabor picante en el plato y un toque delicioso. Otra de las salsas que pica es la denominada aglio, olio e peperoncino, que se elabora con aceite, dientes de ajo y guindilla fresca.
Pero sin duda, las dos salsas más especiales son la «amatriciana» y la salsa «pesto». La primera de ellas es originaria de Amatrice, en la región de Lazio. Su elaboración es muy sencilla, pues solo lleva tomate albahaca y sal, pero su sabor es intenso e inconfundible. El pesto es una salsa de color verde típico de la ciudad de Génova, al noroeste de la bota. Se elabora con hojas de albahaca fresca molidas, dientes de ajo, piñones, queso parmesano y aceite de oliva. Delicioso para combinar con la pasta rellena de patata.
Expertos también en lo dulce
A los italianos no les bastaba con hacer la mejor pasta y la mejor pizza del mundo. También tenían que hacer los mejores dulces. Probablemente el dulce más famoso sea el helado. Lo elaboran de todos los sabores pero los más tradicionales son el de pistacho, el de pan di stelle y el de vainilla de madagascar.
Por otro, lado encontramos la panna cotta, un postre típico del Piamonte. Es una especie de flan algo más denso debido a su cuajado con gelatina. Se elabora con leche, azúcar, crema de leche y gelatina. Por encima se pueden añadir siropes de frutas, caramelo, vainilla o incluso algún licor.
Los italianos también encabezan el ranking de los cafés más buenos. No solo lo consumen en su formato tradicional, en líquido, sino que también lo añaden en sus preparaciones. El ejemplo más claro es el tiramisú, una joya culinaria con tantos adeptos como formas de prepararse. Se trata de un bizcocho bañado en café intercalado con capas de una crema elaborada con huevos y azúcar.
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