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200gr
Las burbujas de trufa son esferificaciones de jugo de trufa negra, recubiertas de una membrana natural obtenida de algas marinas, que gelifican.
Saben a trufa, pero su textura, color y salinidad son de caviar.
Nos recuerda enormemente al caviar, pero de origen vegetal, pues básicamente es una bolsita de gel alrededor del jugo de trufa. Esta técnica de Cocina Molecular ha sido reinventada por renombrados chefs españoles y la artesanía alimentaria española, reinterpretado y valorizando los productos tradicionales.
Descripción
El jugo de trufa se obtiene cociendo la trufa negra (tuber melanosporum) en agua y sal, mezclándose con el espesante natural Alginato sódico (E401) se formará la membrana, gelificándose al caer sobre una disolución de calcio.
La sensación gustativa al morder o aplastar las esferas de jugo de trufa en el paladar es compleja. Nuestro cerebro quiere recordar el sabor a huevas de esturión, y al principio casi lo consigue pues la textura es similar y la salinidad muy cercana al caviar; sin embargo, rompe un sabor sutil y largo de aroma a trufas, que por su forma y explosión en boca hemos llamado “Burbujas de Trufa”.
Las Burbujas de Trufa pueden consumirse durante todo el año, al ser fruto de una esferificación directa, tienen una mayor estabilidad en la manipulación y cocinado que la técnica de esferificación inversa, permitiendo a las esferas calentarse o cocinarse en invierno con huevos, pasta, arroces, carnes y setas; como sobre unas refrescantes tostadas o ensaladas de salmón, queso o huevo cocido
Recomendación: Verter en el tarro del aceite de trufa natural, dará suntuosidad a la textura y prolongará su sabor en el retrogusto.
Ingredientes:
Ingredientes: jugo de trufa negra de invierno (tuber melanosporum, agua y sal), agua, tinta de calamar, espesante alginato sódico, aroma, acidificante, ácido cítrico
Maridaje: Lo recomendamos para ensaladas, pastas, carnes, pescados, y en fin, para todo lo que creas que te puede gustar con ese toque de aroma trufado.
Información adicional
Conservar en lugar fresco y seco, y una vez abierto, consumirlo en 30 días y mantener refrigerado.
Consumir preferentemente: 18 meses
Compatibilidad de dietas
Alérgenos
Ausencia de productos alimenticios que pueden causar reacciones adversas a personas sensibles, según Reglamento 1169/2011.