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Se cultivan en climas templados y húmedos. Su temporada empieza a principios de otoño y termina en primavera, por lo que se pueden clasificar en puerros de verano y puerros de otoño o invierno.
Contienen mucha agua, fibra , hidratos de carbono y son bajos en calorías. También poseen vitaminas A, C y B6, minerales como potasio, calcio, fósforo, sodio y hierro y son beneficiosos para el aparato digestivo y el páncreas, durante el embarazo, favorecen el tránsito intestinal, refuerzan el sistema inmunológico, aumentan las defensas, son diuréticos y laxantes, estimulan el apetito y previenen enfermedades cardiovasculares y degenerativas. Asimismo, evitan el colesterol, depuran la sangre, favorecen el impulso nervioso y muscular y ayudan a combatir la artritis y el reuma.
Se consumen en purés, sopas, guisos, estofados, asados, en potages, etc.