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El panal de mie l es una delicia para el paladar, llena de beneficios para la salud. Cuando lo compramos se presenta tal cual se extrae de la colmena. Es algo que gusta a todo el mundo, incluso a los más pequeños de la casa; y que no deja indiferente a nadie.

Es utilizado por las abejas para depositar sus alimentos, principalmente el polen y la miel y también como habitáculo para la cría de obreras y zánganos. La diferencia fundamental con respecto a sus propiedades organolépticas (color, olor y sabor) se debe a la variedad floral de la miel y el polen prioritario que contiene la bresca en sí. En realidad, todos los productos apícolas son de gran provecho para nuestra salud y muy especialmente para potenciar el funcionamiento de nuestras defensas. Pues bien, el panal de miel, al no sólo contener miel, sino también pequeñas partículas de polen, propóleo, jalea real y cera de abeja en un mismo producto, concentra múltiples beneficios para nuestro organismo, tanto a nivel nutricional, como a nivel energético e inmunológico.

Son muchas las personas que se preguntan cómo comerlo. Por lo general, lo que se hace es cortar el panal en trocitos y masticar uno de ellos como si fuera un chicle, de manera que poco a poco se vayan extrayendo todos los nutrientes y sabores. Aunque la cera de abeja es comestible, una vez hemos sacado todo el jugo del panal, habitualmente se tiran los restos de cera que pueda contener el panal.

Valores nutricionales 100g

Valor energético 1283kj/ 304kcal

Grasas 0g

Grasas saturadas 0g

Hidratos de carbono 80g

Azúcares 70g

Proteínas 0,4g

Sal 0 g