El pescado y el marisco es una de las fuentes de nutrientes más saludables y ricas de nuestra dieta. Sin embargo, tenemos que tener claro que no es lo mismo consumir un pescado salvaje que otro de acuicultura, por ejemplo. El origen determina de forma clara la calidad del pescado que vamos a comernos, lo que repercute no sólo en el sabor sino también en nuestra salud; lo cual nos lleva a hacernos la siguiente pregunta: ¿merece la pena pagar más por un pescado salvaje?
La acuicultura es un técnica de cría de peces en cautividad que ha permitido, entre otras cosas, dar respuesta al consumo cada vez mayor de pescado en un mundo cuyos recursos por habitante son cada vez más limitados e insostenibles. De hecho, según detallan en este artículo del ABC, «la acuicultura ya produce la mitad del pescado que se vende en el mundo», lo que revela la importancia de esta técnica para el presente y el futuro. Al optimizar costes, ha permitido abaratar precios de pescados como la lubina, salmón o merluza.
¿A qué se considera pescado salvaje?
Aunque es una obviedad, no está de más recordarlo. El pescado salvaje vive, crece y se alimenta en el mar. Al vivir en libertad y comer de forma natural, su tamaño es más grande y su carne es más firme y consistente. Lo que hay que tener aquí es la importancia de un hábitat limpio y alejado de residuos para que no repercuta en la salud del consumidor. En el caso de Galicia, la calidad de sus aguas es un factor diferencial para que las diferentes especies que allí habitan crezcan en un ambiente ideal que ha ayudado a que el marisco gallego sea el mejor de España.
Diferencias entre pescado salvaje y de acuicultura
Una de los principales ventajas que tiene el pescado de acuicultura frente al salvaje es la ausencia de Anisakis, dato que fue estudiado durante dos años por la Asociación Empresarial Apromar en base a un estudio realizado en granjas de acuicultura de Valencia, Murcia, Andalucía, Canarias y Galicia.
Esto no quiere decir que las especies de acuicultura estén libres de riesgos. En muchas ocasiones están masificadas en un mismo espacio, lo que es un caldo de cultivo de enfermedades infecciosas ya sea a «través del agua, por rozamiento entre los peces o por canibalismo de peces enfermos o muertos», tal y como detallan desde Ecologistas en Acción.
Por otra parte, el pescado salvaje se caracteriza por una cosa: un sabor mucho más intenso que el resto. Al igual que no es lo mismo criar un cerdo en la libertad de la dehesa que criarlo en una granja, no es lo mismo pescar una lubina salvaje que una de acuicultura.
En este reportaje de TVE, se habla por encima de este tema. El pescado salvaje destaca, a diferencia del de acuicultura, por la riqueza de nutrientes que contiene.
La importancia de comprar pescado de temporada
Si optamos por comprar pescado salvaje, uno de los factores que tenemos que tener en cuenta es si es o no es de temporada. Al igual que ocurre con la fruta y verdura, los peces tienen su ciclo de crecimiento y desarrollo, que debemos cumplir y respetar no sólo por sostenibilidad sino también por el bien de nuestro bolsillo. Además, comprar pescado de temporada nos garantiza unos parámetros de calidad, sabor y frescura únicos.
En la app tenemos una de las tiendas con más reputación en el mundo del pescado y marisco gallego online, Tulonja. Allí se pueden encontrar pescados salvajes como lubina, dorada, lenguado o merluza, entre otras. A pesar de que su precio es más alto que la media del mercado, la experiencia de comerte una auténtica lubina salvaje está alejada de cámaras frigoríficas de supermercado o de pescaderías a cientos de kilómetros del mar.