Contribuye a un descanso reparador.
La Melisa es una hierba herbácea perenne que florece en verano. Es originaria de la cuenca del mar Mediterráneo y se ha naturalizado en toda la Europa templada. Crece en prados, bosques, veras de río o campos cultivados, cuyos suelos son ricos en materia orgánica. Sus hojas contienen aceite esencial (constituido principalmente por aldehídos monoterpénicos, como neral, geranial y citronelal), derivados hidroxicinámicos (entre los que se encuentran los ácidos cafeico y clorogénico, y en particular el ácido rosmarínico), triterpenos (ácidos ursólico y oleanólico) y flavonoides (glicósidos de luteolina, quedcetina, apigenina y kenferol).
Tradicionalmente, la melisa se ha utilizado como espasmolítica, antiinflamatoria y antioxidante. El aceite esencial posee actividad antibacteriana y antifúngica. La actividad de extractos hidroalcohólicos de hoja de melisa en trastornos cognitivos se relaciona con su capacidad de inhibición de la colinesterasa, eliminación de radicales libres, antiinflamación, inhibición de la neurotoxicidad de amiloide-, glucoregulación, activación los receptores gabaérgicos (como el ácido y-aminobutírico) y vías de señalización, como las cinasas.
PRINCIPALES INDICACIONES
- Tratamiento de la intranquilidad e irritabilidad, trastornos digestivos, como espasmos
- Alivio de los síntomas de estrés mental y para facilitar el sueño.
- Trastornos digestivos leves, como distensión abdominal y flatulencia.
