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Degustar un vino con un buen queso es uno de los muchos placeres de la vida. Y qué mejor manera que con quesos franceses, los más reconocidos a nivel mundial por sus variados aromas y olores. En este post os hablamos de cinco quesos franceses que revolucionarán vuestra cocina.
Tablas de queso, fondues, salsas, purés, tortillas…en todas las comidas podemos añadir nuestro ingrediente favorito: el queso. Existen más de dos mil variedades en todo el mundo, pero los mejores se encuentran en Francia. Es uno de los productos más exportados del país, y un alimento esencial en su dieta. De hecho, cada región de Francia se especializa en un tipo de queso concreto en función de las condiciones del clima.
De todos los tipos de queso existentes a nivel mundial, Francia cuenta con 400 tipos distintos. En este post os mostramos cinco quesos con características distintas, pero unidos por la tradición gastronómica francesa.
Cinco quesos franceses esenciales
1. Comté
Probablemente conozcas el queso Comté porque ya lo has degustado en alguna cena con tus amigos. Esta variedad se produce en la zona de Jura (Alpes franceses) y se elabora a partir de leche cruda de vaca, concretamente de las razas Montbèliarde y Simmental. El origen de este queso data del siglo VIII, cuando el escritor romano Plinio El Vell lo mencionaba en sus escritos.
Aparentemente, este lácteo tiene forma de rueda gigante de entre 35 kg y 40 kg. Y puede servirse en la mesa como aperitivo o postre.
Mantequilla, notas florales, frutos secos, notas frutales…su aroma varía dependiendo del periodo de maduración, que va de los cuatro a seis meses, aunque normalmente llega a los veinticuatro meses.
2. Roquefort
El Roquefort, uno de los lácteos azules más consumidos y preferidos por los amantes del queso. Una variedad producida por la raza de oveja Lacaune, que se caracteriza por su adaptación a los climas de las cuevas donde se produce. Este queso ya aparecía en los textos de Carlomagno (814 d.C) y a día de hoy se posiciona entre los más reconocidos a nivel mundial.
Su elaboración se caracteriza por un curioso ingrediente que se le añade: el hongo Penicillium Roquefortii. Esto le da un característico aroma y sabor, muy propio del queso Roquefort.
Tiene aspecto de pasta blanca y semiblanda con manchas verdes. Y lo mejor, es que combina con carnes rojas. Además, sus fuertes aromas con un toque de sal lo convierten en el aliado perfecto de las ensaladas.
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3. Bleu de Yeux
El Bleu de Yeux no tiene tanto reconocimiento como los anteriores, pero su sabor es muy peculiar. Comparte cosas en común con el queso Comté, como su procedencia. Y es que parte de la leche de vaca de la raza Montbéliarde.
Por otro lado, la historia de este lácteo se remonta a los tiempos en que los monjes habitaban la Abadía de Saint-Claude, en el año 1349. Desde entonces su técnica de elaboración y consumo sigue intacta: una maduración de dos meses, y la temporada de consumo desde abril a noviembre.
A primera vista, es una gran rueda que pesa entre 6 y 8 kg.Es amarillento y un poco harinoso, su corteza no es demasiado dura Es un poco cremoso en comparación a otros quesos azules y por eso suele estar presente en las tablas de queso o en forma de gratinado.
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4. Brocciu
El queso Brocciu probablemente te sonará. Y es que este lácteo ya tenía maravillado a la población de Córcega del siglo XIX.
Es el único queso corso de origen protegida y su elaboración no se extiende más allá de las queserías de Alta- Córcega y Sur de Córcega. El motivo de todo esto es atribuirle a la isla el máximo reconocimiento en la elaboración del lácteo.
Se considera un queso francés y se elabora a partir de leche de vaca y oveja. A diferencia de los mencionados anteriormente, su maduración se completa de dos semanas a un mes y su degustación va desde noviembre a junio. Otra cosa no, pero es muy común encontrar el Brocciu en platos típicos de la comida corsa, especialmente en repostería.
5. Salers
Un queso que no puede fallar en la tabla es el Salers. Es un elemento fundamental en la gastronomía francesa por su sabor y aroma, y el protagonista de las recetas típicas como el Aligot.
Este lácteo se empezó a conocer cuando lo sirvieron en un banquete de Luis XIV, a partir de entonces se ha convertido en un tipo de queso muy importante para los franceses. A pesar de todo esto, la mayoría de estudios confirman que se conoce la existencia del Salers desde hace dos mil años
Como su nombre indica, su elaboración parte de la leche de vaca de raza Salers, que habita en los montes de Auvernia. Tras una maduración de nueve meses, el resultado es un queso con forma de rueda, de unos 40 kg y con corteza gruesa decorada con manchas anaranjadas.
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Si quieres explorar un poco más el mundo de este apreciado lácteo, visita a nuestro post y aprende un poquito más sobre los mejores quesos españoles. ¡No te lo pierdas!