Valor nutricional y beneficios
La castaña ha pasado de ser comida de gente humilde a las recetas de los grandes chefs.
A parte de asadas, las castañas cocidas casan muy bien con las setas, la cebolla pochada, el ajo y los puerros, el hinojo fresco, la calabaza y el calabacín, el brécol, el cardo, la col lombarda, la china, los rábanos salteados o la judía verde. En pequeña proporción pueden mezclarse con pasta, arroz, cuscús, quinoa o legumbres. Para condimentarlas puedes recurrir a la salvia fresca, romero, orégano, jengibre, comino, cilantro o pimentón.
En nuestro país son abundantes las recetas dulces de castaña como el flan de castañas, castaña confitada, reinetas del Bierzo rellenas de castañas o el mazapán de castañas de Huelva.
Las castañas son un fruto seco riquísimo en nutrientes, aportando principalmente fibra e hidratos de carbono, con un bajo contenido calórico (190 calorías/100 g).
Son una fuente natural de minerales, entre los que destacan: fósforo, calcio, hierro, zinc, magnesio y en menos proporción cobre, por los que se le atribuyen propiedades antiinflamatorias y vasculares.
También nos aportan elevadas cantidades de vitaminas B1, B3, B6 y ácido fólico.Su elevado contenido en fibra ayuda a solventar los problemas de estreñimiento.
Son buenas para la hipertensión y los problemas de riñón. Indicadas para mujeres lactantes y personas con estados carenciales como la anemia.
Con las hojas del árbol se pueden hacer infusiones que serán muy eficaces contra la tos convulsiva o tosferina. Son utilizadas en dietas por su alto efecto saciante y pocas calorías