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Procedente de Castilla la Mancha
La castaña representa por sí mima el otoño. La forma más popular de comerlo es dejándose guiar por el inconfundible aroma que desprenden los puestos de castañas asadas, que dan ambiente a las ciudades hasta bien entrado febrero.
Valor nutricional y beneficios
La castaña ha pasado de ser comida de gente humilde a las recetas de los grandes chefs.
A parte de asadas, las castañas cocidas casan muy bien con las setas, la cebolla pochada, el ajo y los puerros, el hinojo fresco, la calabaza y el calabacín, el brécol, el cardo, la col lombarda, la china, los rábanos salteados o la judía verde. En pequeña proporción pueden mezclarse con pasta, arroz, cuscús, quinoa o legumbres. Para condimentarlas puedes recurrir a la salvia fresca, romero, orégano, jengibre, comino, cilantro o pimentón.
En nuestro país son abundantes las recetas dulces de castaña como el flan de castañas, castaña confitada, reinetas del Bierzo rellenas de castañas o el mazapán de castañas de Huelva.
Las castañas son un fruto seco riquísimo en nutrientes, aportando principalmente fibra e hidratos de carbono, con un bajo contenido calórico (190 calorías/100 g).
Son una fuente natural de minerales, entre los que destacan: fósforo, calcio, hierro, zinc, magnesio y en menos proporción cobre, por los que se le atribuyen propiedades antiinflamatorias y vasculares.
También nos aportan elevadas cantidades de vitaminas B1, B3, B6 y ácido fólico.Su elevado contenido en fibra ayuda a solventar los problemas de estreñimiento.
Son buenas para la hipertensión y los problemas de riñón. Indicadas para mujeres lactantes y personas con estados carenciales como la anemia.
Con las hojas del árbol se pueden hacer infusiones que serán muy eficaces contra la tos convulsiva o tosferina. Son utilizadas en dietas por su alto efecto saciante y pocas calorías