Finos lomos de sardina ahumada conservados en aceite de oliva. Éstos son el resultado de abrir, limpiar y desespinar las sardinas frescas y envolverlas con salmuera seca (una mezcla de azúcar y sal), poniéndoles un peso encima para favorecer su deshidratación. Pasadas 24h, se retira la salmuera y se meten en el horno a baja temperatura (unos 37º). Después de unas 12h se dejan enfriar. Se preservan en aceite de oliva, lo que les aporta sabor y melosidad.