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El tomate frito es una salsa elaborada a partir de tomates frescos, que se cocinan a fuego lento junto con otros ingredientes básicos, como aceite de oliva, cebolla, ajo y, en algunos casos, hierbas y especias.
El proceso de freír los tomates, en lugar de simplemente cocinarlos, le da una textura más suave y un sabor más concentrado.
Aunque el tomate frito casero es muy fácil de preparar, con solo unos pocos ingredientes puedes tener una salsa rica y deliciosa, en la actualidad muchas personas prefieren recurrir a versiones enlatadas o embotelladas que son igual de sabrosas.
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Además de su sabor, el tomate frito también tiene propiedades que hacen bien al cuerpo.
El licopeno, el antioxidante que le da su color rojo, se libera mejor cuando el tomate se cocina. Esto significa que el tomate frito es una gran fuente de antioxidantes, que ayudan a proteger las células de los daños causados por los radicales libres.
También tiene vitaminas como la vitamina C y vitamina A, importantes para el sistema inmunológico y la salud ocular.
Sin embargo, como en todo, es bueno consumirlo con moderación, ya que a veces el tomate frito en conserva lleva algo de azúcar o sal añadida.
Las posibilidades son casi infinitas. Aquí tienes algunas ideas sencillas:
La diferencia principal entre tomate frito y salsa de tomate radica en su proceso de elaboración, los ingredientes adicionales que se utilizan y sus usos culinarios. Aquí tienes todos los detalles.
Tomate frito. Se elabora cocinando los tomates a fuego lento con aceite (generalmente aceite de oliva virgen extra), cebolla, ajo y, a veces, algunas hierbas o especias. Este proceso de freír los tomates hace que se concentren los sabores y se consiga una textura espesa. El tomate frito tiene una cocción más larga y se obtiene una salsa más intensa y rica en sabor porque los tomates se cocinan hasta que se deshacen y su líquido se evapora.
Salsa de tomate. Por lo general, la salsa de tomate es un puré o concentrado de tomate que puede tener otros ingredientes, pero generalmente tiene una cocción más breve, dando como resultado una salsa más ligera y menos concentrada que el tomate frito.
Tomate frito. Además de los tomates, la receta de tomate frito tiene aceite, cebolla y ajo, que son los ingredientes principales para darle el sabor característico y la textura densa y rica. Dependiendo de la marca o la receta casera, también pueden meterse hierbas como albahaca, orégano o incluso un toque de azúcar para equilibrar la acidez del tomate.
Salsa de tomate. La salsa de tomate es más simple y se compone de tomates y puede llevar sal, azúcar o incluso vinagre para darle un toque de acidez y dulzura. En ocasiones, se le añaden especias y hierbas, pero no suele incluir tanto aceite o ingredientes como el tomate frito.
Tomate frito. Se utiliza principalmente como salsa base para guisos, pastas, pizzas o incluso como acompañante para platos fritos o a la plancha. Su intensidad de sabor lo hace perfecto para platos en los que se necesita una base robusta. También se usa como acompañamiento en recetas como huevos fritos o “fritos”.
Salsa de tomate. Suelen utilizarla como un acompañante más ligero para sandwiches, hamburguesas, pizzas o como base en recetas sencillas. A veces, también se usa como ingrediente en recetas más complicadas, pero generalmente no se utiliza de la misma manera que el tomate frito en platos donde se necesita una salsa más espesa.
El tomate frito es un básico que añade sabor, es práctico, fácil de usar y lleno de beneficios.
Ya sea para preparar un plato rápido o darle ese toque especial a un guiso, tener tomate frito a mano es siempre un acierto.
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