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La lubina (también conocida como róbalo en algunos países) es un pez blanco de agua salada muy apreciado por su sabor delicado, su textura firme y su bajo contenido graso. Es común en la cocina mediterránea y atlántica, y es una de las especies más valoradas en pescaderías y restaurantes.
La lubina es un alimento saludable, bajo en grasas y rico en proteínas. Sus principales beneficios incluyen:
Aunque cuando se habla de "lubina" generalmente nos referimos a Dicentrarchus labrax, existen otras especies y denominaciones que a veces se confunden:
Lubina europea (Dicentrarchus labrax): la más común en Europa.
Lubina salvaje: capturada en libertad, suele tener más sabor, menos grasa y un precio más alto.
Lubina de acuicultura: criada en piscifactorías, muy común en supermercados y restaurantes.
Robalo: nombre común en América Latina para especies similares, aunque no siempre idénticas.
Robalo chileno: pescado blanco distinto (también conocido como merluza negra o bacalao de profundidad).
Hoy en día, la lubina se produce principalmente en acuicultura, siendo el Mediterráneo el principal centro de producción. Los países líderes son:
Estos países producen lubina en piscifactorías costeras, especialmente en zonas con aguas templadas y bien oxigenadas.
La lubina es muy versátil en la cocina, y su sabor suave combina bien con hierbas, cítricos y salsas suaves.
Formas populares de cocinarla:
A la sal: horneada entera cubierta en sal marina. Queda jugosa y aromática.
Al horno: con patatas, cebolla, vino blanco y hierbas.
A la plancha o parrilla: filetes con piel crujiente.
Al vapor: ideal para una preparación más ligera.
En ceviche o tartar: si es muy fresca, queda excelente cruda.
En papillote: cocinada al horno envuelta en papel vegetal con verduras.