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El queso de cabra es un tipo de queso que se elabora a partir de la leche de cabra, y es conocido por su sabor característico, que puede variar entre suave y fuerte dependiendo de su curado.
Digestibilidad: Es más fácil de digerir que el queso de vaca debido a la composición de sus proteínas y grasas. Es ideal para personas con intolerancia a la lactosa.
Bajo en grasa: Comparado con algunos quesos de vaca, el queso de cabra suele tener menos grasa, lo que lo hace una opción más ligera.
Rico en nutrientes: Es una excelente fuente de calcio, proteínas, fósforo, y vitaminas como A y B12.
Propiedades antibacterianas: La leche de cabra tiene propiedades que pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico.
Existen muchas variedades de queso de cabra, dependiendo del proceso de elaboración, el curado y la región de origen. Algunas de las más conocidas son:
Francia: Es uno de los países más conocidos por la producción de queso de cabra, con una larga tradición y variedades como el Chèvre.
España: País con una gran variedad de quesos de cabra, como el Garrotxa o el Mahón.
Grecia: Produce feta de cabra, especialmente en regiones como Creta.
Italia: Conocida por la producción de quesos como el Pecorino (a base de leche de oveja) y algunas variedades de cabra.
México: También ha aumentado la producción de quesos de cabra, especialmente en el norte del país.
Fresco: Se puede disfrutar en ensaladas, con miel, frutas, o como aperitivo.
A la parrilla o a la plancha: Algunas variedades se pueden calentar sin derretirse y se sirven en platos calientes.
En tartas y pasteles: Es común en rellenos de quiches, empanadas o pizzas.
En salsas: Puede ser utilizado en salsas cremosas para acompañar pasta o carnes.
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